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Agrupaciones de DD.HH. exigen a Ministerio de Bienes Nacionales cerrar llamado a licitación

La Prensa Austral, 31 enero de 2013.

La entidad criticó la medida, calificándola como “una acción para borrar la memoria histórica, particularmente grave en el contexto de la conmemoración de los 40 años del golpe de Estado”.

Su más enérgico rechazo a la licitación de la Casa de los Derechos Humanos -también tristemente conocida como el “Palacio de la risa”, en alusión a las torturas que allí se cometieron durante la dictadura militar (1973-1990)-, manifestó ayer, en conferencia de prensa, la Unión Comunal de Agrupaciones de Derechos Humanos, presidida por Francisco Alarcón Barrientos, presidente, a su vez, de la Agrupación de Ex Presos Políticos y Familiares.

Asimismo, llamaron al Ministerio de Bienes Nacionales a cerrar el llamado a licitación del inmueble fiscal, ubicado en Avenida Colón Nº 636, y conformar una mesa de trabajo con las agrupaciones de DD.HH. que permita concretar un proyecto que lo transforme en un museo de la memoria.

La organización tomó conocimiento del llamado a licitación para concesionar gratuitamente la propiedad, a través de la ejecución de un proyecto cultural, gracias a la publicación de un aviso en El Magallanes y El Mercurio, el domingo pasado.

Preocupación constante

En su declaración pública, la Unión Comunal de Agrupaciones de DD.HH. señaló que “este espacio ha sido preocupación constante de las diversas agrupaciones de Derechos Humanos de la región, como lo expresado el año 2003, en la Propuesta de Reparación de Ex Prisioneros y Perseguidos Políticos de la dictadura militar en Dawson y en Magallanes, que se presentó a la opinión pública, parlamentarios, y al propio Presidente de Chile, en julio del 2003. En esta propuesta de Derechos Humanos decimos textualmente que una de nuestras aspiraciones es crear un museo y centro cultural de los Derechos Humanos en el antiguo Hospital Naval o Palacio de la Risa, que fue el principal centro de torturas en Magallanes, a cargo de las organizaciones de Derechos Humanos de los ex prisioneros políticos”.

“En ese marco, el año 2006, fue el propio comandante en Jefe de la Armada de Chile, Rodolfo Codina, quien luego de reunirse con organizaciones de Derechos Humanos, hace traspaso de dicho inmueble al gobierno regional, quien a su vez lo cede a las organizaciones de Derechos Humanos de la región”, agrega el documento.

“Desde esa fecha las organizaciones de Derechos Humanos han desarrollado un conjunto de acciones e iniciativas, como la Declaratoria de Monumento Nacional en su calidad de Monumento Histórico por ser testigo de las graves violaciones de Derechos Humanos cometidas en la Región de Magallanes. También se ha sumado a un trabajo nacional para conformar una red de sitios de memoria para el fortalecimiento de la democracia, proyecto desarrollado por la Corporación Parque por la Paz Villa Grimaldi y financiado por la Unión Europea”, prosigue.

Repudio y rechazo

“En ese sentido nos sumamos al repudio y rechazamos la maniobra política del Ministerio de Bienes Nacional de llamar a licitación pública a este inmueble de carácter histórico como una acción para borrar la memoria histórica, particularmente grave en el contexto de la conmemoración de los 40 años del golpe de Estado”, indica el texto, más adelante.

“(…) Los ex centros clandestinos de detención, tortura y exterminio, son valiosos como sitios de memoria, y su recuperación supone enfrentar el pasado de una manera directa e inequívoca, a través de un mensaje ético que anima su acción en el presente, cual es la inadmisibilidad de las violaciones a los derechos humanos sin importar sus circunstancias, y la convicción de que este compromiso contribuye a cautelar la integridad de la sociedad toda”.

“Con esta convicción es que solicitamos al Ministerio de Bienes Nacionales a cerrar el llamado de licitación pública del Sitio de Memoria ex Palacio de la Sonrisa, y lo instamos a crear una mesa de trabajo con todas las organizaciones de derechos humanos, organismos públicos nacionales, regionales y municipales de Magallanes, universidades y personas interesadas, para trabajar en conjunto en un gran proyecto que permita transformar a este edificio en un museo de la memoria sobre las violaciones de los Derechos Humanos ocurridas durante la última dictadura militar, como una medida significativa de la reparación de las víctimas y el fortalecimiento de la democracia”.